jueves, 17 de julio de 2014

Después de todo es un héroe!

Hace varios días que no escribíamos en el Blog, que no podíamos fotos y no explicábamos el porqué. Ahora ya podemos contaros esta bonita historia.

Hunter fue vacunado un miércoles pasado de su última vacuna y aunque todo parecía estar normal, al día siguiente al llegar a casa observamos la aparición de un gran bulto en un lado del cuello, enseguida consultamos los efectos secundarios de la vacuna y parecía que era algo transitorio que no tenía mayor importancia. 
El veterinario, por teléfono nos dijo lo mismo.

Al día siguiente se levantó con náuseas y expulsó toda la comida de la noche anterior, cosa que nos extrañó, pero su actitud era la de un cachorro normal. El veterinario nos dijo que le diéramos una cucharada sopera de Primperan y observáramos cómo pasaba las siguientes horas.

Pocas horas después dejó de querer comer, y sus heces eran totalmente líquidas, las náuseas eran constantes y de forma reiterada. Fuimos de urgencias a la Clínica Veterinaria y rápidamente le subministraron un antibiótico y nuevamente Primperan esta vez inyectado.

La noche no la pasó bien, su cuerpo se consumía y se apagaba, así que al día siguiente con urgencia fue ingresado en la Clínica Veterinaria.

Tenía deshidratación y una gastroenteritis hemorrágica la cual era la causante del bulto, que resultó ser un ganglio inflamado a causa del mismo virus. Qué podía haber ocurrido? Eso ya no importaba, queríamos curarle, queríamos verle correr y jugar como siempre. El diagnóstico era reservado y el tratamiento la sueroterapia. 

Pasó la noche en la Clínica y al día siguiente fuimos a verlo, estaba en su "recreo", hizo un esfuerzo para ir a vernos incluso se levantó a dos patitas para subirse en mis piernas, y enseguida volvió a tumbarse. Estaba débil pero el veterinario nos dijo que su recuperación era lenta a la vez que buena. La sueroterapia poco a poco daría sus frutos y la deshidratación disminuía por horas. 

En casa lo desinfectamos todo, juguetes, mantas, su cama, los comederos y bebederos, todas las habitaciones en las que había estado, el jardín, todo. 

Al día siguiente fue muy diferente, al llegar, estaba también en su hora del "recreo", Hunter vino corriendo a nosotros, quería jugar, pero aun le costaba un poco. Habían comenzado a darle comida semisólida y ya había bebido un cuenco y medio de agua por si sólo. El veterinario nos dijo que cada vez se encontraba mejor y que si seguía así al día siguiente podría dormir en casa. Esa noche fue la primera noche en la que pude dormir del tirón.

Por la mañana llamamos a la Clínica, y todo eran buenas noticias, la mejor sin duda, "Hunter podrá dormir por fin en casa".

Nada más salir de trabajar fuimos directos a buscarlo y el recibimiento fue uno de los mejores momentos que hemos vivido con él. Saltaba, corría, buscaba, paraba, todo como siempre. Nos recomendaron seguir unas pautas, como darle de comer de esas mismas latas durante unos días y en las justas cantidades, que no le faltara nada de agua en ningún momento, y seguir con el Primperan durante un par de días más. 

Llegamos a casa y Luna impaciente ya olía su rastro, el reencuentro fue muy especial, jugaron toda la tarde hasta que ambos cayeron rendidos, y nosotros también.

Ahora Hunter está completamente sano, ha sido sólo un recuerdo que pronto olvidará, poco a poco va cogiendo peso y su cuerpo está tan inmune a ese virus que jamás volverá a tener nada parecido. 

Estamos muy felices de poder contar esta historia con este final tan feliz, y es que a veces a las personas buenas, también nos pasan cosas buenas, y a los animales felices siempre les quedan fuerzas para luchar.

BPC

Héroe




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